Aceptación y Amor

Cuántas veces se oye a la gente decir que acepta cosas: “Yo acepto la enfermedad, no me queda más remedio…”,”Hombre, claro que acepto que sea desordenado…”, “Sí, yo acepto a tu madre, ¡Faltaría más!” y muchas veces pasa que esa aceptación es una aceptación mental, o de boquilla que diría mi abuela. Pero eso, no es aceptación real. Aceptar es saber que hay personas que son diferentes a ti o tu forma de ser; enfermedades, circunstancias o incluso la muerte, y aun resultándote dolorosas, las miras con amor.almudena_de_andres_coaching_aceptacion

Ponte en el caso de un amigo que te dice: “Yo te acepto como eres, porque para eso eres mi amigo, pero a mí me gustaría que te vistieras más a la moda y te cuidases un poco más”. Eso no es aceptación.

Uno de los bienes más preciados que tiene el ser humano es su libertad. Cuando queremos cambiar a alguien le estamos quitando su libertad, no le estamos amando; y solo desde el amor, desde el amor verdadero y la aceptación, llega el cambio. Aunque parezca contradictorio, cuando no se desea cambiar a la persona o la circunstancia llega el cambio. Si creemos que alguien debe cambiar y se lo imponemos desde nuestra forma de ver el mundo, normalmente lo que ocurre es que esa persona o la circusntancia se resisten. Si queríamos que esa persona se vistiera más a la moda, entonces se reafirmará más en su forma de vestir, y desde su libertad seguirá llevando las camisas de hace veinte años.

No somos nadie para manejar la vida de otra persona, o pretender controlar el mundo. En el respeto y en aceptación está la semilla del cambio. Y puede ser que esa persona a través de eso que tú ves que tiene que cambiar, tenga que aprender algo y necesite tiempo para darse cuenta de que tiene que hacer ese cambio por si mismo. Porque ese cambio solo será real y verdadero si viene de uno mismo.

almudena_de_andres_coaching_aceptacionEsto tiene mucho sentido cuando se habla de jóvenes adolescentes que ven en cada gesto de sus padres una amenaza de su libertad. Tengo una amiga que me contó una vez que una de las cosas que más admiraba de su madre era el respeto que siempre había tenido hacia ella, especialmente durante la adolescencia. Esta amiga me comentaba que durante sus años de juventud, se había apuntado a todas las modas habidas y por haber: tuvo su época punki, su época siniestra, su época hippy… Y su madre, de educación muy clásica, la miraba entrar y salir con los amigos y los estilismos más pintorescos que había en la época; y nunca le dijo nada al respecto. Cuando llegó a la universidad mi amiga llegó convertida en una señorita elegantísima, educadísima y con estilismos mucho más convencionales. Pero mi amiga necesitaba pasar por la experiencia de la rebeldía y de encontrarse a sí misma, y su madre le dio espacio para hacerlo.

La educación de una persona también pasa por esto, por la aceptación de la libertad de experienciar de la otra persona, dentro de unos límites acordes con la edad, naturalmente.almudena_de_andres_coaching_aceptacion

También podemos aceptar las enfermedades e incluso la muerte de una persona, es decir amarla. Es posible que esa situación se convierta en tu gran maestro. Si luchamos por cambiarla, llamará con más fuerza a tu puerta.

Y cuando hablo de aceptación no me refiero a dejar estar, a renunciar, si no a ver las cosas con otro enfoque. Si pensamos que la vida es algo difícil veremos dificultades en todo lo que nos rodea. Si, por el contrario, miramos la vida desde el prisma del amor, todo incluso aquello que nos pueda resultar incómodo, se convertirá en una ocasión de crecimiento y aprendizaje.

Y es curioso, cuando amas la vida y todo lo que sucede a tu alrededor, haces las paces contigo mismo y aquello que te molestaba se convierte en un maestro en tu vida. Y muchas veces pasa que aquello estabas esperando que pasara, pasa. Son los resultados del amor y la aceptación a uno mismo, pero de eso seguiremos hablando otro día.

 

Cuando amamos sin condiciones todo cambia.

 

Almudena de Andrés. Amistad

Hay quien dice que pertenecemos al lugar en el que hemos nacido. Otros dicen que al lugar dónde se vive, y otros al lugar donde se muere. Sin embargo, yo estoy convencida que pertenecemos a todos los lugares donde hemos amado y donde hemos compartido algo importante de nuestra vida. En esos sitios siempre quedará nuestro recuerdo, nuestras risas, nuestras tristezas y alegrías, en definitiva nuestra esencia.

Almudena de Andrés. Isar. Burgos

Isar. Burgos

Pero no es a un lugar concreto donde se pertenece,  pertenecemos al corazón de las persona que hemos amado y que nos han amado. Puede que pasen los años o incluso que las distancias que nos separen sean grandes, pero esos momentos compartidos hicieron que todo fuera distinto. Esos momentos contribuyeron a crear tu historia personal y ser quien hoy eres; así como tu contribuistes a la historia de los que se cruzaron en tu camino.

Cada uno de nosotros somos únicos y lo que aportamos, solo lo podemos aportar nosotros, ninguna otra persona más. Por ello tenemos la responsabilidad de compartir aquello que realmente somos y vivir de manera auténtica.

Otra de las cosas de las que estoy convencida, y cada día más, es que las personas que aparecen en tu vida no lo hacen por casualidad. Todo tiene una razón y, a pesar de que algunas personas pueden hacernos sufrir, el aprendizaje que de eso extraemos es para  nuestro bien superior. Por ello estamos en la obligación de agradecer a todo aquel que se cruza en nuestra vida por aquello que nos ha dado o por aquello que nos ha permitido aprender.

Hay gente que pasa por nuestra vida un instante y nos deja una gran huella; otros nos acompañan en el viaje por más tiempo; y otros estarán con nosotros toda lavida. Todos y cada uno de ellos son indispensables para tu desarrollo como persona, cada uno en una proporción distinta, y como si de una receta se tratara todos los ingredientes son fundamentales para que el guiso quede rico, sin ellos tu vida no sería la misma.

Pertenecemos a nuestros amigos, a nuestros hijos, a nuestro esposo o esposa, a nuestra familia…

Y es que Almudena de Andrés. Llaveexisten unos lazos de una naturaleza especial: la familia. Puede que algunas veces sientas que la familia es un incordio pero son unos lazos fundamentales que siempre, pase lo que pase, te acompañaran. En primer lugar, tu padre y tu madre te dieron la vida, y solo por eso les debemos agradecimiento. Además, los lazos familiares son los primeros que establecemos en nuestra vida y son la llave de nuestro desarrollo y nuestra manera de ser.

Y aunque exista una distancia cuando algo pasa en una familia resuena en todos los miembros de una manera especial, algo nos toca el alma; porque la familia es parte de nosotros y nosotros parte de ella. Si es una alegría todos nos alegramos de alguna forma, si es un pérdida todo el sistema familiar lo siente como suyo, porque existe una conexión especial que va más allá de la distancia.

Almudena de Andrés. AmistadLuego están los amigos, son la familia elegida, con los que establecemos lazos de afecto de manera consciente, y son el reflejo de nuestra esencia. Resonamos con ellos y es por eso por lo que nos sentimos próximos, compartimos valores, compromisos, manera de entender el mundo, y esto hace que queramos estar cerca los unos de los otros, acompañándolos en los buenos y en los malos momentos. Y en las actualidad, donde las familias son más cortas que la generación anterior, los amigos se han convertido en una apoyo fundametal con los que compartir tiempo y experiencias.

Todos ellos, la familia y los amigos, nos proporcionan un sentido de pertenencia, que es vital para nuestro desarrollo como personas y hacen que la vida tenga una razón de ser: el amor.

Nacemos del amor, con el único propósito de amar.

Dedicado a mi tío Abi de Zambia (D.E.P.), a mi tía Gertrude y a mi prima Irene.
Desde la distancia os sentimos cerca.