¿Eres tan perfeccionista que todo lo tienes que hacer “bien”? Pues te animo a que dejes de ser perfecto para ser feliz.
A todos nos gusta hacer las cosas bien, o por lo menos, todo lo bien que podemos. Sin embargo, vivir obsesionados con el perfeccionismo pueden alejarnos de nuestra felicidad.
Las consecuencias del perfeccionismo no son nada saludables
2. Consecuencias de ser perfeccionista.
Ser perfeccionista de manera extrema y vivir obsesionado por hacer las cosas “perfectas” traen muchos problemas asociados:
1. Altos niveles de ansiedad y de estrés.
Como seres humanos, no somos perfectos y las cosas que hacemos tampoco lo son. Y el no conseguir alcanzar estos estándares de perfección hacen que vivamos secuestrados por el miedo. Miedo a no ser suficientemente buenos para el jefe, para tu pareja, para tu profesor, tu madre, tu padre…
Y el vivir inmersos en el miedo, la ansiedad y el estrés, además de influir en nuestra calidad de vida, también influye en nuestra organismo, aumentando la posibilidad de enfermar, ya que disminuyen las defensas en el sistema inmunológico, aumenta la tensión arterial…
Así que ser demasiado perfeccionista nos puede llevar a tener problemas de salud.
2. Necesidad de control.
Ante esta imposibilidad de ser “perfectos”, aparece la necesidad de controlar lo que está a nuestro alrededor, para que así por lo menos, podamos manejar ese ámbito de perfección”. Pero esto también es una ficción porque la vida no se la puede controlar. Cada día, cada segundo, cada momento, es imprevisible.
Todo aquello que hoy es una certeza mañana puede no serlo. Un trabajo hoy, mañana puede no serlo. Puedes conocer a alguien, enamorarte y cambiar de pareja, o que tu pareja te deje… existen mil posibilidades de que las cosas cambien, porque la vida es eso cambio. Pero no tiene porque ser un cambio para mal, simplemente un cambio.
Y esta realidad, es lo que convierte la vida en una aventura, es lo que el aliciente para seguir cuidando a las personas que queremos, porque puede que mañana no estén. Es la razón por la que disfrutar con el trabajo y las personas que se cruzan en tu día a día. ¿Te atreves a dejar de controlar y vivir sin “el perfeccionista”?
3. Nos aislamos.
Esta necesidad de controlar hace que poco a poco vayamos reduciendo nuestro mundo, porque cada vez es más difícil controlar todo lo que sucede a nuestro alrededor. Ante esto, muchas veces lo que ocurre, es que vamos aislándonos y nos perdemos parte de la vida.
2. Cómo te puede ayudar el Mindfulness
Pararnos para mirar lo que nos pasa, ponernos en “modo pausa” y dar espacio a este miedo, nos puede ayudar a dar luz a eso que nos pasa y saber que es fuente de infelicidad en nuestras vidas.
Y es que ese no saber, es la gracia de la vida. Cada día es una aventura, donde existen mil posibilidades de que ocurran cosas maravillosas. Y que los cambios que aparecen en nuestra vida, pueden se conviertan en una oportunidad para aprender cosas maravillosas (aunque en el momento en el que nos pasan no nos lo parezca).
Mindfulness es el gran aliado para gestionar las incertidumbres en nuestra vida.
Cuando queremos controlar todo, no dejamos espacio para que la vida nos sorprenda de manera positiva, y los cambios (que llegan, siempre llegan) y que pueden no ser agradables, nos suponen un sufrimiento, ya que han aparecido más allá de nuestro control.
Para, respirar, y comenzar a aceptar que en la vida es cambio es un paso muy importante a la hora de soltar esta necesidad de control.
3. Cómo te puede ayudar un proceso de Coaching
El Coach es también un gran aliado para darte cuenta de las razones que te llevan a control extremo.
Tal vez puedas pensar que tu jefe o jefa te va a despedir, que tu pareja te va a dejar, que alguien importante para ti te van a dejar de querer. ¿Tal vez buscas demostrar a esa persona de autoridad para ti que eres lo suficientemente bueno?
Estos miedos están funcionando en nosotros casi por inercia sin que nos demos cuenta.
Un proceso de Coaching puede ayudarte a desvelar los mecanismos y las creencias que mantienen esas necesidad de perfección.
Un proceso de Coaching puede dar luz a esos miedos y hacer pierdan la fuerza que tienen en tu vida. Para que empieces a vivir de una manera más real. Haciendo las cosas lo mejor que puedas y con la tranquilidad y la calma que esto supone.
Es decir, viviendo con una mirada diferente.
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