¿Cómo vas a alcanzar tus objetivos? Todos a principio de año nos planteamos nuevos retos para mejorar nuestras vidas. Algunos de los clásicos son: aprender inglés, perder peso (el que probablemente hayas ganado durante las fiestas de Navidad), hacer deporte en general o correr una maratón.
Sin embargo, te das cuenta que según avanza el mes de enero esos buenos propósitos comienzan a perder fuerza y a mediados de febrero, sino es antes, has dejado el inglés y la idea del maratón la has pospuesto ya para el próximo año.
Tal vez me equivoque, pero a un gran número de personas les pasa algo similar a lo que acabo de contar. Y te voy a desvelar las tres razones fundamentales por las que esto ocurre.
1. Te has puesto un objetivo demasiado alto
Seguramente te atrae con fuerza la idea de correr una maratón. Te imaginas entrando en la meta con la música a tope y tu familia y tus amigos esperándote en la meta. Lo cual está muy bien.
Sin embargo, llevas desde el confinamiento sin ponerte las zapatillas y entrenar de manera adecuada para correr. Así que empiezas a entrenar y te desanimas porque te vas dando cuenta que el objetivo que te has marcado es demasiado alto y no crees posible alcanzarlo, así que prefieres abandonar.
Tal vez, el truco esté en empezar con un objetivo más asequible. Puedes comenzar a correr carreras de 5 o 10 kilómetros y sentirte satisfecho con los progresos que logras, y poquito a poco llegar a estar en forma para poder correr esos 42 kilómetros en condiciones.
Las ideas para que se convierta en realidad tienen que poder lograrse. Si no se quedará en una bonita fantasía.
2. Buscas el éxito inmediato y sin esfuerzo
Vivimos en un mundo donde quieres alcanzar tus objetivos a “golpe de clic”, es decir, de manera inmediata y que todo te lo sirvan en bandeja, que diría mi abuela. Y es cierto que hay muchas cosas que podemos alcanzar de manera fácil y rápida, y que las tecnologías han facilitado mucho el acceso a la información y muchos trámites que antes implicaban tiempo.
Pero hay otras cosas que requieren tiempo y constancia. Principalmente aquellas que implican un desarrollo de habilidades, como el aprendizaje de un idioma o la gestión emocional, o aquellas que implican un cambio biológico, como la pérdida de peso. No se nos debe olvidar que no somos máquinas, y que en eso radica también nuestro encanto como seres humanos y valor de lo que conseguimos en la vida.
Y más allá de la repercusión y el reconocimiento exterior que puedan tener estos objetivos, el hecho de lograrlos dice mucho de nosotros, de nuestros valores, de nuestra capacidad de compromiso con nosotros mismos.
Muchas veces nos enamoramos de las ideas, pero no nos gusta el trabajo que hay que realizar para conseguirlas.
3. Tienes miedo de alcanzar tus objetivos
Muchas de las personas que llegan a mis sesiones de Coaching son “grandes intentadores”, que año tras año se proponen algunos de los objetivos que comentaba al principio y se quedan en eso: en intentos.
En algunas de estas ocasiones la razón por la que no se consiguen esos objetivos no es tan evidente como en los casos anteriores, y esto de lo que hablo funciona a un nivel muchas veces inconsciente.
Conseguir nuestros objetivos puede implicar un cambio en otros aspectos de nuestra vida y eso nos da miedo. Los humanos somos seres de costumbres y no nos gustan los cambios, incluso aquellos que pueden ser beneficiosos.
Imaginate que durante muchos años te has identificado con una persona que tiene sobrepeso, te has pasado mucho tiempo leyendo sobre dietas , hablando sobre dietas y relacionándote con personas que también hacen dietas. ¿Qué va a pasar si logras tener el peso que quieres y ya no necesitas nunca más de una dieta? ¿Con qué vas rellenar ese espacio de tiempo?
Y voy a dar un paso más, si no solo es que tuvieras unos kilos demás, sino que a nivel de identidad te identificaras con una persona “gorda”, ¿qué va a ser de ti? ¿De lo que tu mismo piensas de ti?
Ese tipo de cuestiones suelen trastocar mucho, por eso, a veces las personas empiezan dietas que nunca terminan o que cuando empiezan a ver que lo van a conseguir, abandonan.
Sin embargo, cuando eres consciente de que esto funciona así, puedes atravesar ese punto de inflexión que se llama miedo y hacer realidad tus sueños.
A veces, simplemente con tomar conciencia de que esto funciona en tu cabeza es suficiente, pero a veces necesitamos a alguien que nos ayude y nos acompañe en este tránsito y aquí es donde entramos los profesionales del coaching.
Así que si sientes identificado con alguna de los cosas que he comentado en el artículo y quieres alcanzar tus objetivos de una vez por todas, no dudes en llamarme. Estaré encantada de ayudarte.
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