Ya hace unos meses, en otro artículo, escribía sobre los beneficios de meditar y correr. Como algunos ya sabréis, practico esto del “running” o lo que viene siendo correr, y aprovecho alguno de mis entrenamientos para combinarlos con el cultivo de Mindfulness o Atención Plena, ya que es un momento que me suelo dedicar a mi misma y que combinado trae importantes beneficios.
Muchas veces ya he hablado de cómo el cuerpo esta conectado con la mente, y viceversa, como la mente se conecta con el cuerpo.
Si somos capaces de aquietar nuestra mente, nuestro cuerpo también se relajará. Y cuando relajamos nuestro cuerpo, nuestra mente también se relaja.
Es muy importante cuidar ambos aspectos, nuestro cuerpo y nuestra mente, porque eso nos llevará a una mejor gestión emocional.
El cuerpo y la mente bailan juntos en cada momento. Escucha a uno de ellos y sabrás cómo está el otro.
Hoy me gustaría hablaros de las evidencias científicas que tiene la práctica de deporte y la meditación, y más en concreto, de correr. También os propongo varios ejercicios para aquellos a los que también les guste correr, y quieran probar a realizarlos durante algún entrenamiento.
1. Qué ocurre en nuestro cuerpo y en la mente al correr
Cuando nos ponemos en movimiento para correr, todo nuestro cuerpo se activa, y se producen muchos cambios y muchos beneficios en el cuerpo.
- Aumento de generación endorfinas y dopamina. La endorfina también se denomina hormona de la felicidad y está relacionada con la autoestima.
- Se fortalece el sistema circulatorio, mejorando el riego sanguíneo y disminuyendo con ello, el riesgo cardiovascular.
- Aumento de la capacidad pulmonar y por lo tanto, aumento de la resistencia al esfuerzo.
- Se regula el colesterol, la diabetes y la hipertensión.
- Aprendemos a marcarnos un objetivo y visualizarlo para conseguirlo.
2. Cambios biológicos al practicar Mindfulness
Al practicar una meditación Mindfulness de manera regular se ha demostrado científicamente que nuestro cerebro cambia:
- Aumenta la densidad de materia gris y con ello se mejora las conexiones neuronales.
- Disminuye el tamaño de la amígdala, que es la encargada de regular las respuestas más viscerales que damos.
- Se activa la zona del neocortex que es la parte encargada de la planificación y la toma de decisiones.
- Aumenta el tamaño del hipocampo que está relacionado con la capacidad de memorizar.
- Se segrega oxitocina que es la hormona del placer.
3. Propuestas para meditar y correr
Cuando meditamos, podemos aprovechar esos momentos no solo para entrenar el cuerpo y obtener todos sus beneficios, sino también para entrenar nuestra mente.
Para ello te voy a proponer tres ejercicios aparentemente sencillos pero que llevados a la práctica requerirán un poco de disciplina combinada, al mismo tiempo, con una actitud curiosa y divertida. Aquí van:
- Atención a la respiración
La respiración lleva el oxígeno a nuestra células y es, por así decir, la gasolina del cuerpo. Aprender a respirar es fundamental para mantener el ritmo durante la carrera.
Debemos llevar una respiración regular y con la que nos sintamos cómodos.
Al mismo tiempo, la propuesta pasa por llevar tu atención a cómo estás respirando.
Cómo es tu respiración en este momento, sin tratar de cambiarla, simplemente observando, incluso escuchando cómo respiras en cada momento.
- Atención al ritmo de tus pisadas
Nuestra cadencia, nuestro ritmo de pisada es fundamental para poder regular nuestra carrera y poder llegar hasta el objetivo que nos hemos marcado, bien sea en un entrenamiento o bien en una carrera.
A día de hoy tenemos relojes que nos dan información sobre la cadencia, el ritmo, las pulsaciones…
Pero tan importante como esto es aprender a escuchar a nuestro cuerpo cuando corremos.
Para ello te propongo que lleves tu atención al sonido de tus pisadas, a cómo es ese sonido en cada momento y cómo cambia según el suelo que pisas. Recordando que cada pisada es diferente a la anterior, y notando esos cambios de ritmo si subes o bajas una cuesta.
- Atención a las sensaciones de tus pies
Mi tercera propuesta es llevar la atención a las sensaciones de los pies. Los pies son la parte de nuestro cuerpo que está más en contacto con el suelo, y que recibe en primera instancia el impacto con el suelo.
La idea del ejercicio es llevar tu atención a cómo estás apoyando el pie en cada momento, si apoyas más una parte que otra del pie (tal vez apoyes más la parte exterior que la interior o al revés), y simplemente notar cómo esas sensaciones cambian con cada pisada.
Como te decía antes, las propuestas son aparentemente sencillas pero entrañan cierta dificultad en su práctica. Por eso te animo a realizarlas y compartir con todos tu experiencia.
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